Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

lunes, 3 de octubre de 2011

Operadoras (in)móviles

Sí, ya he comentado con anterioridad por aquí que soy ingeniero, un triste teleco como otros tantos, pero este post no tiene nada que ver con semejante cruz. Este post es por otra putada que me ha pasado en los últimos tiempos. Resulta que desde tiempo inmemorial (allá por 2003 creo recordar) hago uso de una línea de teléfono móvil cuyo operador, para no señalar a nadie, vamos a llamar Timofónica. Tras años utilizando ese número en la forma de prepago, Timofónica sacó una oferta de tipo familiar pasándose a contrato que a mi madre, a mi hermana y a mí nos resultó muy interesante porque nuestro principal flujo de llamadas se producía entre nosotros (caso aparte es el del famoso “favorito” que cada uno teníamos el nuestro), así que nos metimos en dicho plan, teniendo a mi madre como cabeza visible de la tarifa (las facturas eran todas a su nombre) pero aclarando a quién pertenecía cada uno de los números asociados al plan (nombre, apellidos, DNI, fecha de nacimiento, dirección...Vamos, una ficha completa).
 
 
El problema ha venido hace relativamente poco. Timofónica, ahora conocida como Vomistar, dentro de su fantástico plan de renovación de tarifas (lo de fantástico es coña), decidió dar de baja el módulo familiar y además creyó que lo mejor era avisar de ello con un mensaje en letra liliputiense en una de esas facturas en papel que llegan a tu casa y de las que sólo miras en detalle las llamadas registradas y si el consumo se ha disparado (ojo, de todo esto no nos dimos cuenta hasta mucho tiempo después). No nos llamaron, ni nos ofrecieron ninguna alternativa, simplemente nos dieron de baja y nos colocaron la tarifa por defecto (un puto robo de tarifa, al tan flipante como 24 céntimos el minuto hablado más el establecimiento de llamada). El caso es que, como nuestros respectivos consumos han sido siempre bastante mediocres, no nos dimos cuenta hasta este verano, cuando estando de vacaciones, un simpático operador (lo de simpático es coña) de Timofónica, decidió ponerse en contacto con mi madre para sugerirle un cambio de tarifa. Mi madre, para determinadas cosas, es como una abuela de esas que por no cambian nada simplemente por no complicarse, así que le dijo amablemente que no y le colgó. El tipo, insistente donde los haya, volvió a llamar y, aquí viene lo mejor, cuando recibió de nuevo la colgada por respuesta, decidió realizar sin el consentimiento de mi madre un cambio de tarifa (eso sí, un cambio a mejor, que a peor era imposible), con lo que nos llegó un mensaje a mi hermana y a mí (además de a mi madre, claro está), explicándonos que el número de mi madre ya no pertenecía al módulo familiar (en realidad ninguno pertenecía a ese módulo porque estaba dado de baja).
 
 
Evidentemente mi madre se cogió un cabreo de cojones, y decidió ir a una tienda física (esto de física tiene gracia, vamos que es una tienda de las de toda la vida, con persona atendiendo en un local) a ver qué coño había pasado y qué teníamos que hacer para solucionarlo. En la tienda, la chiquita que nos atendió nos contó todo el percal, es decir, todo aquello que nos había pasado y no sabíamos hasta ese momento (la desaparición de la tarifa, la tarifa abusiva que teníamos, la jugada del operador, etc.). Cuando fuimos conscientes de la situación, decidimos aprovechar para asociar cada uno el móvil a su respectiva cuenta bancaria y nuestra sorpresa fue que, según los registros de Vomistar, la titular de todas las líneas era mi madre. Esto suponía que podíamos cambiar el titular de pago pero no el de la línea a menos que pagáramos 12 € (más IVA amigos, que Hacienda somos todos) por poner unos datos que se supone que ya deberían tener, todo ello a través del teléfono porque, al menos era lo que pasaba en aquella tienda, no puedes cambiar el titular de otra manera (a mí me sonó a la milonga del marinero y el capitán). Así que asociamos cada uno nuestro respectivo número a nuestra cuenta bancaria y pospusimos el cambio de titular a la vuelta a Madrid.
 

Unas semanas después, idiota de mí, pensé que era el momento de "negociar" el cambio de titularidad con Timofónica-Vomistar de manera que no pagara nada y además me ofrecieran algo...Si seré toli. Basándome en la cantidad de veces que he oído que con amenazarles un poco con irte a la competencia te dan lo que pides y un poco más, me aventuré a tratar de engañarles para que me cambiaran la titularidad del número sin tener que pagar nada a cambio. 
 
Llamé un lunes le conté a la señorita operadora sudamericana (creo que en esta frase "sudamericana" es un epíteto, porque se trata de un adjetivo que puede eliminarse de la frase sin que el contenido varíe) lo que había sucedido en cuanto a la titularidad de mi número (lo de que nos pidieran hasta el historial dental cuando nos hicimos el módulo familiar y luego la titular sea mi madre) y que quería hacer el cambio. La señorita me dijo que tenía que pasar por caja, yo me hice el sorprendido y el ofendido, y le dije que hablaría con la competencia...Un plan astutísimo, como ya se verá. 
 
Unos días después llamé y le dije a la señorita operadora (pongamos que se llame Daisy) que había hablado con la competencia de Vomistar y que me ofrecían el cambio de titularidad gratis y además un teléfono (vil mentira), y que yo no tenía interés en cambiarme de compañía pero que si me trataban de cobrar por lo de la titularidad me iba con el mejor postor. Entonces ella replicó diciéndome que me cobraban los 12 € pero que me daban un teléfono por la cara, en concreto un Samsung Galaxy Mini...Y ahí fue donde la cagué. 
 
Le dije que me lo pensaría, busqué información del teléfono y se me pusieron los dientes largos (además ya llevaba un tiempo pensando en la posibilidad de adquirir un smartphone, con lo que mataba dos pájaros de un tiro, o eso creía yo), así que al rato volví a llamar. En esta ocasión me atendió otra señorita (llamémosla por ejemplo Yenny, sí, escrito así) y cuando le dije lo que me había comentado su compañera, lo consultó (o eso dijo) y me confirmó la oferta, en varias ocasiones, ya que yo no paraba de preguntarle ¿está usted segura de que si cambio la titularidad me dan el teléfono gratis sin ningún problema? Y ella sólo decía que sí, así que hicimos el cambio de titularidad (previo sucio pago) y comenzó a realizar el pedido del teléfono. 
 
Todo parecía ir bien hasta que, al final del proceso me informó de le iban a limpiar todos los puntos a la cuenta de mi madre (los que habíamos ido acumulando mi hermana, ella y yo), y como ya había hecho el cambio de titularidad me vi obligado a tirar para adelante con ello...Segunda cagada. Me contó que lo único que tenía que hacer era ir con mi madre y el mensaje localizador que le habían enviado a su móvil para recoger mi nuevo y flamante smartphone, pero resultó que la muy hija de la gran puta de Yenny me había tangado a lo grande, dando de alta en la tarifa de datos el número de mi madre en vez del mío, con lo que no me daban el móvil a mí, se lo daban a mi vieja. Simplemente acojonante. Lógicamente llamé en ese preciso instante al puto 1004, conté lo que me había pasado y puse una reclamación que me dijeron que me contestarían en un par de días, ya que el responsable de analizar la queja había de escuchar las llamadas (que se supone que graban) para evaluar la situación y emitir una respuesta. 
 
Pues bien, la pedazo de cabrona de la responsable (Carmen Rodríguez, lástima que sólo haya miles de tías en el mundo con ese nombre), se pasó mi queja por el culo y me mandó al día siguiente un sms diciéndome que la reclamación estaba desestimada porque no constaba oferta alguna y que no había sido posible contactar conmigo, en resumen, una buena tanda de trolas, así que volví a llamar al número de (des)atención al cliente para ver qué coño pasaba. Me dijeron que pasaban nota para que la responsable se pusiera en contacto conmigo, puse otra reclamación y esperé un par de días. Infructuosamente. Volví a llamar varias veces pero me daban largas una y otra vez, así que ante la perspectiva de haber pagado los 12 € (más IVA) y haberme quedado sin teléfono por la cara, decidí hacer la portabilidad de mi número a otro operador. A Garrafone. Tercera cagada.

 
Dediqué algunos ratos libres a comparar ofertas, tarifas y demás relacionadas con la portabilidad móvil y, dadas mis características de consumidor (rata de alcantarilla) lo mejor era irme a la tarifa más miserable de Garrafone y quedarme con, casualidades de la vida, el mismo teléfono con el que había empezado la movida con Vomistar. Me metí en la tienda online de Garrafone y, tras introducir con cuidado de no equivocarme uno a uno todos mis datos, confirmé el pedido de portabilidad. Al instante me llegó a mi correo la confirmaciñon del mismo y, pese a tener algo de desconfianza en las operadoras tras lo sucedido con Timofónica, pensé (imbécil de mí) que en quince días, día arriba día abajo, lo tendría todo solucionado. Unos días después recibí el correo en el que me decían que necesitaban la fotocopia de mi DNI y algún documento que justificara que yo era el titular de la cuenta bancaria asociada, así que se los envié y el proceso siguió su curso. Una semana más tarde me llegó un sms de Vomistar para que me pusiera en contacto con ellos para hablar de la portabilidad llamando a un teléfono gratuito. Yo pensaba que me ofrecerían algo para que me quedara, pero tal y como me habían tratado recientemente, me tenían que lamer el culo bien lamido y ofrecerme una casa en la playa. Pues no. No me ofrecieron nada de nada. Me dijeron que como era un cliente nuevo (tócate los cojones después de 8 años) no podían siquiera hacerme la contraoferta, así que seguí adelante con la portabilidad.

 
El proceso de portabilidad parecía ir muy bien porque me confirmaron que para el lunes 19 de septiembre (lo había iniciado el día 2 de septiembre) se produciría el cambio. Para entonces me tenía que llegar el terminal y mi nueva SIM, de modo que el día que pasara de Vomistar a Garrafone no me quedara sin línea. Sin embargo, el jueves de la semana anterior al ver que no me había llegado el móvil, llamé al 1704 (teléfono de la tienda online) y me dijeron que había habido un problema y que tenían retraso en los envíos, pero que me llegaría el lunes. Ante esto le pregunté al menda que me atendió (no tenía ningún nombre raruno) si no me quedaría sin línea y me dijo que no, que la activación se retrasaría a la madrugada del lunes al martes. MENTIRA.

El lunes me quedé sin línea y esperé durante la mañana a que me llegara el terminal, pero como ya me olía a chamuscado se me ocurrió volver a llamar al 1704 y ahí ya llegó...El HORROR. Sí amigos, después de todo lo que había pasado, todavía faltaba algo mejor, la guinda del pastel (aunque en realidad la guinda aquí era más grande que el pastel). Resulta que llamo y me dicen que el pedido no ha llegado porque está bloqueado. Y yo les pregunto que por qué y me dicen, porque aquí consta que el titular de la línea no es usted sino una chica que se llama A. M. P. 

Los muy gilipollas, al dar de alta mi número, habían sido tan zotes como para mezclar mis datos con los de otra persona. Digo mezclado porque se me ocurrió crearme una cuenta de Mi Garrafone con mi número de móvil y pude comprobar cómo habían cogido un poquito de sus datos (nombre, apellidos, fecha de nacimiento, código postal) y otros de los míos (DNI, cuenta bancaria, dirección). Un puto desbarajuste, vamos. Así que por la tarde volví a llamar al 1704 y me dijeron que lo pasarían a su supervisor para que lo solucionara manualmente...Y una leche.

Resulta que seguí llamando al número de la tienda online todos los días, mañana y tarde, abriendo incidencias, pero nadie me solucionaba nada de nada. Los datos de la tía seguían ahí, sin alterarse ni lo más mínimo. Me dijeron que esperase a que se cerrara la incidencia (lo hice y no lo resolvieron), me dijeron que fuera a una tienda física (otra vez con lo de física) y que allí me los cambiarían sin problema y entonces se desbloquearía el pedido (fui y no podían hacerlo, sólo tramitar una reclamación, que tampoco fue atendida). Así que al final de la semana me puse en contacto con (des)atención al cliente de Garrafone (un teléfono de móvil), conté mi caso y me pasaron a reclamaciones, donde me dijeron que tenía abierta una incidencia y que ellos no podían hacer nada hasta que se terminara el plazo. Siguió sin pasar nada de nada. Seguí la semana siguiente con la misma rutina de llamadas al 1704 (infructuosas todas ellas, hubo alguna subnormal que insinuó que había metido mis propios datos mal, un error considerable el de equivocarme de nombre...Y de sexo) mañana y tarde, hasta que me di cuenta de que la única vía era la de atención al cliente y reclamaciones.
 
El jueves 29 (diez días sin línea), harto de tanto esfuerzo inútil, me tiré toda la tarde llamando a esa gentuza con el objetivo de que al menos para el lunes estuviera solucionado todo. Llamé no menos de 5 veces a atención al cliente, con situaciones tales como que directamente me colgaran según contaba la historia (esto también me pasó en el 1704), que me pasaran con reclamaciones pero según me ponían la musiquita se cortaba (qué casualidad, ¿no?), otra tía me dio el número del FAX (sí, eso todavía existe) para que contara mi caso (¿más veces?) e incluso hubo un par que me dijeron que tenían una incidencia técnica y que no podían ponerme en contacto con reclamaciones. Todo ello hasta que di con Claudia Soto. Sí, ese es el nombre de mi hada madrina de los móviles. 

Cuando me pasaron con ella y le conté mi caso, yo esperaba las mismas respuestas que había recibido con anterioridad, pero ella me dijo que lo primero era corregir los datos de la titularidad...Y LO HIZO. Casi se me caen las lágrimas cuando comprobé que había ido corrigiendo uno a uno todos los datos que le dije. Encima, después de eso, me tramitó la adquisición de mi más que deseado Samsung Galaxy Mini y al día siguiente, tras contar lo que me había pasado en una tienda oficial de Garrafone me hicieron un duplicado de SIM, comprobaron el localizador y salí de allí con nuevo móvil. Además, para compensar las molestias, se supone que me van a cobrar sólo la mitad de la factura durante los 6 meses siguientes, aunque esto es algo que todavía no me termino de creer, así que lo más probable es que tenga que hacer alguna llamada más (ojalá no).

El caso es que después de toda esta mierda con Garrafone (para mí por ello ya son Mierdafone), y de ver cómo se ha solucionado con una simple conversación, lo que me he preguntado es, ¿por qué coño no me solucionaron el problema el mismo día que di parte de él? ¿Por qué tantas pegas, tantos rodeos, tantas acciones inútiles si era algo tan fácil de solucionar? En resumen, ¿por qué tanta inutilidad? Si alguien es capaz de explicármelo que me lo diga, porque no entiendo nada.
 
 

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