Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

jueves, 12 de enero de 2012

Black Mirror - "The National Anthem" (Episodio 1º)

En la oscuridad de una habitación vemos durmiendo a un hombre, éste en primer término, y a una mujer. Mientras la imagen de ambos se hace más cercana y nítida, comienza a vibrar un teléfono móvil en la mesilla de noche del hombre, sin ser atendida. Poco después suena la línea de teléfono principal despertando a la pareja y el hombre responde medio dormido a la llamada, que parece tan importante que le obliga a dejar el lecho conyugal.

En la siguiente imagen vemos al mismo hombre en bata, en una sala a media luz, sentado en una silla y rodeado de lo que parecen ser colaboradores cercanos. Es ahí cuando nos percatamos (si no lo sabíamos antes) de la importancia del hombre en cuestión.

El hombre es el Primer Ministro británico (ningún parecido con Blair, Brown o Cameron) y lo que sus colaboradores le muestran es el vídeo enviado por un sujeto que ha secuestrado a la princesa Susannah (evidentemente se trata de una realidad alternativa, para no provocar susceptibilidades), muy querida por el pueblo y activa en las redes sociales. En el vídeo, el secuestrador obliga a Susannah a que lea su única petición para que ésta sea liberada. Lo que tiene que hacer el Primer Ministro es mantener relaciones sexuales con un cerdo en directo para todas las cadenas de TV.




Ese es el inicio del primer capítulo de la miniserie inglesa "Black Mirror" que consta de tres entregas independientes. Aunque parezca una mala anécdota, una broma pesada o de dudoso gusto, una vez que te adentras en la historia en sí, las piezas se van encajando de tal manera que todo tiene sentido. Además de lo sorprendente y original de su inicio, la narración no pierde un ápice de interés, la tensíón se mantiene hasta el final, las actuaciones son sencillamente magníficas (el tío que hace de "Primer Ministro" lo borda, pero el resto está a la altura) y una vez que has visto el capítulo llega la reflexión.

Viendo los 45 minutos de la miniserie, te das cuenta de lo acertada que es la crítica a los medios de comunicación, al uso indiscriminado y en muchas ocasiones exagerado de las nuevas tecnologías, y, sobre todo, te das cuenta de hasta qué punto está podrida la sociedad. Probablemente sea de lo mejorcito que se haya emitido en la televisión mundial en los últimos meses, no deja indiferente, es un producto interesante y de gran calidad y encima da para pensar luego...En resumen, altamente recomendable. Yo estoy ya deseando ver los otros dos capítulos de esta miniserie que se emitió en la tele inglesa (igualita que la española en la que estrenan mierdas indecentes y pseudohistóricas como "Toledo") en diciembre pasado, si me impactan tanto como éste lo comentaré por aquí.

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