Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

miércoles, 29 de febrero de 2012

"No sé puede hacer más lento...O quizá...Quizá se pueda hacer más lento"

La frase del título es una de las señas de identidad de una leyenda de la magia, el gran René Lavand, cuya actuación de anoche presencié (disfruté, gocé, me emocioné) en el Teatro Circo Price de Madrid. En el mundillo de la magia, en concreto el de la cartomagia (trucos con naipes) y la magia de cerca, René Lavand es probablemente el número uno, su máximo exponente desde hace décadas, el hombre que inventó el concepto de "lentidigitación" al que hace referencia su famosa frase.


La función de ayer, a la que fui acompañado por mi madre (también profundamente emocionada), de una hora y cuarenta minutos de duración (qué rápido se pasa a veces el tiempo) fue sencillamente sublime, una maravilla entre las maravillas, una verdadera gozada de actuación que hace que el que la presencie se sienta especial. En ella, Lavand desplegó bastantes de sus trucos (o juegos como los llama él) más famosos, que no voy a describir yo aquí (más abajo hay vídeos) porque las palabras desvirtúan completamente lo que los ojos perciben en ellos, mientras entretenía con relatos, poemas, citas y anécdotas a las más de mil personas que observábamos embelesados cómo nos "engañaba" una y otra vez.


El mundo de la magia me ha atraido desde pequeño. A mí padre los trucos de magia con naipes siempre le gustaron y supongo que yo heredé esa afición. Recuerdo haber visto en la tele al fantástico Juan Tamariz (al que vi en directo la última noche de Reyes y también me gustó mucho, aunque no tanto como Lavand) haciendo trucos de cartas en diversos programas (como "Magia Potagia" o "Chantatachan") y yo me quedaba fascinado, girándome hacia mi padre para comentarlo, y la conversación era más o menos:

Rísquez: ¿Cómo narices hace eso?

Padre: Pues cómo va a ser...Con magia, jajaja (risa de padre).

Rísquez: Tamariz es el mejor.


Padre: Qué va, hay uno mejor.


Rísquez: ¿Cóoooooomo? Eso es imposible.

Padre: Sí, hay un tipo argentino, manco, que...


Rísquez: ¿Maaaanco?


Padre: Sí, manco. Resulta que hace todos sus trucos con la mano izquierda, porque perdió la derecha en un accidente. Cuando lo veas ya verás como es el mejor.

Aquel argentino manco, era (es) René Lavand, y sí, era (es) el mejor. Desde entonces he visto en la tele muchas veces a René Lavand, pero nunca lo había podido ver en directo, así que estaba muy ilusionado por ver cómo era su espectáculo entero, ya que evidentemente conocía ya sus trucos (ojo, conocer no significa saber cómo coño lo hace, de eso no tengo ni idea) pero no la manera en la que se desarrollaba toda la actuación. Y la verdad es que supero mis expectativas con creces, y eso que eran altísimas, consiguiendo que el niño que observaba los trucos de magia en la tele con los ojos como platos y una sonrisa de oreja a oreja volviera por espacio de algo más de 100 minutos, y que el adulto que soy ahora se emocionara con todas y cada una de sus historias y anécdotas.


Lavand se despidió deseando poder volver y dando las gracias al público. Decía que a su edad (cumple 84 este año) eso era lo que debía decir porque nunca sabes hasta cuándo vas a estar. Ojalá nos volvamos a ver. Quiero volver a ver si se puede o no hacer más lento...Quizá, quizá se pueda.







P.D. Este post es para mi hermana, para mi padre y para V., que por unas cosas o por otras, no pudieron disfrutar de semejante genio.

lunes, 27 de febrero de 2012

"Magic & Bird: A Courtship of Rivals"

Hoy me apetecía hablar de baloncesto. Podría hablar del descalabro del Estu, que lleva con la del sábado nada más y nada menos que seis derrotas seguidas, pero como no me quiero encabronar más de lo que estoy vamos a dejarlo ahí. No, hoy voy a hablar de la época en la que a mí me empezó a gustar el baloncesto, la de mediados de los 80, la época de Magic Johnson y Larry Bird.


Cuando yo era muy muy pequeño, recuerdo levantarme pronto por las mañanas de los fines de semana y poner la tele con mi padre para ver juntos el partido de la NBA que hubiera elegido el amigo Ramón Trecet en su programa "Cerca de las estrellas". La realidad es que tanto mi padre como yo disfrutábamos cada finde de la mejor época de la historia del baloncesto, con enormes equipos como los Lakers del showtime, los imperiales Celtics, los bad boys de Detroit, los incipientes Bulls...Además de ver a jugadores estratosféricos como Michael Jordan, Magic Johnson, Larry Bird, Isiah Thomas, Dominique Wilkins, etc.  Con la llegada de Canal plus y la compra de los derechos de la NBA (además de la jubilación de casi todos aquellos jugadores) mi interés por el baloncesto se refugió (y bastante por encima) en la liga ACB durante más o menos una década hasta que me hice abonado del Estu.


El caso que hace poco he visto un documental sobre la rivalidad entre los dos pesos pesados de la década, Magic Johnson y Larry Bird, que se llama "Magic and Bird A Courtship of Rivals", y que me ha recordado lo que veía en aquellos partidos elegidos por Trecet. En el documental, con los protagonistas de primera mano, se relata el devenir paralelo de los dos jugadores y su enorme rivalidad desde que se enfrentan en la final de la NCAA estando todavía en la universidad. Evidentemente es un rato cojonudo el que pasas viendo la casi hora y media que dura, como sucede con la mayoría de documentales de tipo deportivo que hacen los yanquis (aquí también lo hacen de puta madre los de "Informe Robinson") y sobre todo tratándose de la cadena por cable HBO, responsable de las mejores series de televisión del último decenio (Los Sopramo, The Wire, Roma, etc). Se lo recomiendo a todos los que sean aficionados al baloncesto, pero también al deporte en general, aunque creo que sólo se puede ver descargándolo y poniéndole subtítulos, o bien en youtube.


Recuerdo que cuando el Madrid fichó a Zidane y a Ronaldo, mi padre y yo manteníamos la teoría de que aquello era increíble porque era como si se juntaran en aquel equipo Magic Johnson (Zidane), Larry Bird (Raúl) y Michael Jordan (Ronaldo), básicamente porque las similitudes entre el juego de unos y otros (salvando las distancias de ambos deportes) eran muy muy altas: La magia de Zidane y Johnson, ser el 8 en todo sin ser el 10 en nada excepto en competitividad como Bird y Raúl, y la voracidad anotadora de Jordan y Ronaldo (ojo, del primer Jordan, el de los 80).

Dejando a un lado mis teorías rarunas, para el que quiera disfrutar del placer de ver qué cosas eran capaces de hacer estos dos genios del baloncesto, puede echarle un ojo a los siguientes vídeos.


miércoles, 22 de febrero de 2012

Carencia de talento

Anoche estaba en la cama, haciendo zapping antes de apagar la luz y entrar en el maravilloso mundo de los sueños, cuando me topé con la serie “Toledo” que emite Antena 3. En concreto lo hice con una escena en la que el jovencísimo ¿actor? Maxi Iglesias departe con dos amiguetes que son más o menos de su edad mientras se encuentran sentados en las almenas de un castillo.

Maxi Iglesias (derecha) y sus dos coleguis

Sólo fueron unos cuatro ó cinco minutos, pero me dejaron estupefacto. Si no fuera por la ambientación (el castillo y los harapos que los tres sujetos llevaban puestos) aquello no se parecía al Toledo de la época de Alfonso X (papel que interpreta Juan Diego, quién te ha visto y quién te ve, con una lamentable peluca, motivo por el cual cambié de canal) ni de Blas. La conversación entre los tres muchachos parecía sacada tal cual de una de esas series horrorosas de adolescentes en las que sólo hablan de los amores de sus vidas de manera empalagosa y falaz. No había esfuerzo en el guión para que aquello pareciera de la Edad Media ni había registros interpretativos en ninguno de los sujetos, una mierda como un piano, vamos. De hecho, la única diferencia que hay en ese jovenzuelo con respecto a la vida real debe ser que le han dicho que se deje el pelo un poco más largo (eso sí, se ve que entonces ya había champú) y crecer la barba (qué barberos debía haber entonces, porque la tiene cuidada al detalle).

No soy seguidor de las series patrias y mucho menos de ésta en particular, porque creo que las series españolas en general carecen de muchas cosas como para que me resulten atractivas (y no hablo de dinero para acometerlas), aunque en realidad podrían resumirse en una: Talento.

Hay carencia de talento en los guionistas, incapaces de imaginar una historia original que no sea la copia de un éxito anglosajón o una españolada con bar y Resines de por medio (con lo buen actor que es Resines y que se coma esos mojones...Tiene tela). Además tampoco son capaces de escribir guiones en los que se vea algo de brillantez en los diálogos o en los que los elementos diferenciadores de las supuestas tramas no sean burdos y manidos.

Hay carencia de talento en los directores, incapaces de sacar a flote de ninguna manera la mierda de guiones que les pasan, además de tragar con actores y actrices que no sirven para la interpretación sin conseguir que mejoren ni un ápice. Más que directores, en las series españolas lo que hay son "rodadores de secuencias", son como los fulanos que graban con las cámaras pero sin cámara.

Hay carencia de talento en los actores y actrices, incapaces en su mayoría de tener más de un registro. Los que tienen más de uno es porque son feos o viejos, es decir, los que tienen talento de veras, porque el mal endémico de las series españolas es poner sistemáticamente a muchachos y muchachas bien guapos y guapas (como el inefable Maxi Iglesias) para que luzcan palmito y traten (de manera fútil) de llevar a cabo papeles que exigen un esfuerzo interpretativo mínimo. Encima, principalmente por la repercusión de la prensa rosa y por el interés de las niñas adolescentes, tienen tanto éxito que terminan saliendo (haciendo el ridículo) en películas de cine, con lo que también se envenena el cine español.

Y, sobre todo, hay carencia de talento en los productores (y meto también a las cadenas de televisión), probablemente los más culpables de la mierda de series que tenemos, ya que se empeñan en que las cuatro tristes perras que tienen para cada proyecto se usen en ideas lamentables de guionistas horrorosos, que dirigen directores que no saben hacer la O con un canuto y permitiendo que directores de cásting que no distinguirían a un buen actor ni aunque fuera su hijo elijan a chicos y chicas muy atractivos pero que no saben actuar. Además son los responsables de que esas mierdas de series tengan chorrocientos capítulos (de más de una hora cada uno) por temporada, con lo que encima es una mierda que se estira y se estira y no parece acabarse nunca (o termina como "Los Serrano").

Aunque, ojo, también hay carencia de talento en el público, no sólo por ser incapaz de protestar ante la basura infame que las televisiones ponen, sino encima por apoyar sistemáticamente los bodrios que siguen surgiendo una y otra vez. Estoy convencido de que si la gente dejara de ver esas series seguro que las cosas cambiaban. En eso sin embargo yo tengo la conciencia tranquila, a mí por lo menos, cada vez que cometo el error de caer cuatro ó cinco minutos en las redes de semejantes despropósitos en forma de serie, se me reafirman todas las convicciones de que debo seguir viendo series que vengan del extranjero (básicamente Reino Unido y EE.UU.).

A continuación pongo un vídeo en el que el pseudoactor que ha provocado este post explica la serie y su papel en ella...No tiene desperdicio, básicamente porque se ve que al muchacho no le da para más (y eso que es un vídeo que saca la productora, tiene tela) y me he descojonado que no veas.


sábado, 18 de febrero de 2012

"Planes de llamadas"

"El otro día en el trabajo escuché una historia curiosisíma. En un descanso mañanero, en uno de esos increíblemente ridículos (de pequeños) cubículos sin ventanas con los que las grandes multinacionales tratan de contentar a sus trabajadores para que sea allí donde se tomen un café o refresco, o incluso coman, nos encontrábamos unos compañeros y yo charlando y fue donde una anécdota que parece increíble.


En estas situaciones de tomar algo (bebida, comida o ambas) en el trabajo es normal que te juntes por grupitos de 4 ó 5 personas para realizar el descanso y, como no hay horarios preestablecidos, es bastante habitual que se produzca un lleno en el cubículo cuando te diriges con tus compis. Así que lo que sucede a menudo es que se producen varias conversaciones simultáneas entre todos los individuos que se encuentran en ese espacio tan reducido y a veces incluso habla una sola persona y el resto escucha.


Eso fue justo lo que pasó aquel día, estábamos dos grupos de personas diferentes, hablando cada uno a lo suyo cuando de pronto hubo un instante de final de charla a la vez y una de las personas del otro grupo (un tipo joven, bajito y sorprendentemente calvo para la edad que aparenta) le preguntó a una de su grupo sobre la frecuencia con la que hablaba con su familia (yo no lo sabía antes pero ya en ese momento me percaté de que ambos eran sudamericanos), que él tenía un plan especial con nosequé empresa que le salía a cuenta pero que le interesaba saber si los había mejores. 


La respuesta de la tía (una chica morena de ventitantos o quizá treinta, muy maquillada y resuelta) fue lo que me dejó extrañado (bueno, a mí y al resto, que nos centramos poco a poco en lo que decía). Dijo que todos o casi todos los días hablaba con su hermana, básicamente si le apetecía o no, pero que con el resto de su familia que vivía allá que también seguía un plan como el del calvo. El tipo evidentemente sintió curiosidad por ese reparto tan extraño y también por lo caro que le debía salir eso de llamar tanto a su hermana y volvió a preguntarle a la chica. Ella primero se carcajeó y luego le dijo: "Es que mi hermana trabaja para Vomistar".


Resulta que la hermana de esta chica, vive en su país y trabaja para esa "insigne" compañía de comunicaciones y lo único que hace la chica para hablar con ella es llamar al 1004 y, mediante una serie de peticiones que la desvían hacia el departamento de "desatención" al cliente en el que su hermana desempeña su trabajo, se tira el tiempo que quiere hablando con ella, con lo que matan dos pájaros de un tiro, la hermana no tiene que currar atendiendo a ningún cliente (tampoco es que se esmeren mucho, para qué nos vamos a engañar) y encima habla con su hermana de gratis, ahorrándose las llamadas trasatlánticas.


Flipa la cara que tiene alguna gente..."

miércoles, 15 de febrero de 2012

"La pregunta de sus ojos" de Eduardo Sacheri

Tenía muchas ganas de leer el libro que comento hoy por aquí, principalmente por dos razones, en primer lugar porque el año pasado, como ya comenté en el post de libros leídos en 2011, me leí un recopilatorio de cuentos de fútbol del mismo autor, Eduardo Sacheri, que me encantó y quería repetir para ver si es un escritor a seguir o no. La segunda razón era que, basándose en esta novela, el cineasta argentino Juan José Campanella hizo la fantástica película "El secreto de sus ojos", protagonizada por el gran Ricardo Darín (uno de mis actores favoritos) y que ganó el Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 2010.


Normalmente lo que suele suceder es que te leas un libro y que, bien debido a su éxito o bien porque al cineasta se le ha metido en la cabeza hacer la adaptación, después venga la película y, si te ha gustado previamente el libro, veas cómo se desarrolla la historia en la gran pantalla (ojo, que también pasa que el libro te haya gustado y precisamente por eso no quieras ver la película). A veces, sin embargo, lo que ocurre es que vas al cine a ver una película y ésta te gusta tanto que decides que seguro seguro el libro es mejor.

Bueno, aunque lo más común sea que el libro es mejor que la película he de reconocer que he tenido experiencias negativas con libros en los que antes había visto la película y luego he leído la novela. Principalmente en aquellas películas que se basan en el libro (cogen el argumento principal pero hacen cambios sustanciales), no en las que son adaptaciones de la novela (tratan de ser lo más fieles que se pueda a lo que ocurre en el libro). Adaptaciones hay muchas, básicamente porque es lo más habitual, dado que se puede poner en pie de guerra a los fans de los libros, como por ejemplo en la saga de Harry Potter o en El Señor de los Anillos.

Sin embargo las películas basadas en novelas son más raras y son en las que los lectores se pueden llevar más chasco al comparar. Un ejemplo claro de película que es una adaptación del libro y que a mí me decepcionó es el libro "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" de Philip K. Dick, que es el libro en el que se basó Ridley Scott para hacer la que es (al menos a mi entender) su obra maestra, Blade Runner.


Digo que me decepcionó pero no digo que sea mala, al contrario, es una gran novela, lo que sucede es que el lector fascinado por la historia de Rick Deckard (interpretado por Harrison Ford cuando Harrison Ford era el mejor, para qué engañarnos), los replicantes y ese monólogo de Rutger Hauer (el líder de los replicantes) que dice "Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad, cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir." se queda chafado del todo al leer la novela porque tiene sólo la mitad de cosas en común con la película. Por cierto, una vez que te lees el libro te dan ganas de denunciar al que ha hecho la portada del mismo (que se puede ver en la anterior imagen) por sinvergüenza.

Algo parecido a lo que sucede con Blade Runner y el libro de Philip K. Dick es lo que pasa con la novela que comento hoy y la película de Campanella. La trama es parecida, pero hay cambios sustanciales que hacen, a mi modo de ver, mejor al libro que a la peli en algunas cosas y peor al libro que a la peli en otras. La historia, en ambos casos, es la de un empleado de juzgados que, recién jubilado, decide escribir un libro relatando el devenir de un caso de violación y asesinato que le supuso a él mismo ciertos problemas personales, razón por la cual el curso de la novela (y de la película) transcurre de manera paralela en lo que le sucede al protagonista en el presente y 30 años atrás. Ahí lo dejo, básicamente para aquel que no haya leído el libro o visto la película, a continuación iré más allá analizando las diferencias entre la peli y el libro y por eso aviso.

He de reconocer que lo que más me gustó de la película (que es verdaderamente una maravilla, con el enorme Darín a la cabeza y el secundario que hace de Sandoval que no le va a la zaga) es toda la pequeña trama que montan para pillar al asesino (un pájaro de cuidado, tanto en el libro como en la peli), relacionada con la obsesión que tiene éste por Rácing Club de Avellaneda y que se puede ver en el corte de vídeo siguiente. Estaba convencido (erróneamente) de que habría algo si no igual al menos muy parecido en el libro...Y no hay ná de ná. Ese para mí ha sido el chasco principal. Supongo que parecerá una chorrada, sobre todo para aquellos que no sean tan aficionados al fútbol como yo, pero es que ese trozo de la película es sencillamente majestuoso. Sé que el escritor hizo el guión junto a Campanella y también sé que es muy futbolero e hincha acérrimo del Club Atlético Independiente de Avellaneda (archienemigo de Rácing, supongo que por eso hace al asesino hincha de Rácing, jejeje), así que supongo que tuvo una influencia decisiva en la escena, y por eso me pregunto ¿por qué no incluyó algo similar en el libro? ¿Sería idea de Campanella? ¿Se le ocurrió después de sacarlo a la venta? En todo caso para mí ha supuesto una decepción no encontrarla en la novela.


Evidentemente hay más cosas que son diferentes en ambos formatos, como por ejemplo la historia entre Benjamín (el prota) e Irene, que en la película tiene más peso y más relación con la trama del pasado. A mí personalmente me hubiera gustado que el libro se acercara más a esa situación de darle más protagonismo al personaje de Irene, quizá no tanto como en la peli, pero algo más. Eso sí, he de reconocer que la historia de amor entre ellos que se da en la película saca mi lado romanticón y me convence, aunque la considero bastante más prescindible que la escena que he comentado en el párrafo anterior.

También tiene menos protagonismo en el libro Sandoval, que resulta capital en la película y cuyo final en ésta (acribillado por un escuadrón de la muerte en casa de Benjamín al confundirlo con éste) resulta (al menos para mí) mucho más molón que en el libro (se muere tras una larga y penosa enfermedad, vamos, de cáncer).

Por último he de señalar una cosa que me encanta del libro y que no me gustó de la película, y que tiene que ver con el final de la trama entre el marido de la asesinada y el sanguinario asesino. En la peli Benjamín tiene la mosca detrás de la oreja con respecto al marido y a cómo dejó abruptamente de preocuparse por la situación del asesino y por eso va a buscarlo y se encuentra con el pastel de que lo ha tenido encerrado durante 25 años sin hablarle y tal, y es ahí donde deja la historia de ambos. En el libro, ocurre algo diferente y para mí bastante mejor, ya que, aunque efectivamente el marido ha tenido al fulano encerrado todo ese tiempo, sólo cuando ve que se va a morir (también de otra larga y penosa enfermedad, esto es, cáncer) contacta con Benjamín por carta para insinuarle que se va a suicidar y que le ha dejado heredero en el testamento, y cuando nuestro prota llega allí se encuentra a los dos pájaros muertos y recompone las piezas que le quedaban del puzle. Bastante más mácabro, pero también bastante más creíble, al menos para mí.

Para finalizar, a modo de resumen, he de decir que me ha gustado el libro pero esperaba alguna cosa que, si no hubiera visto la peli, no me habría echado en falta. Recomiendo fervientemente ambos, pero a ser posible primero el libro y luego la peli, seguro que hay cosas que decepcionan al comparar, pero para un disfrute completo creo que son necesarios ambos formatos.

domingo, 12 de febrero de 2012

"At least it was here" de The 88

Esta vez pongo la cancioncita un domingo y no un viernes como últimamente, aunque la verdad es que he de reconocer que no lo he hecho hasta ahora porque no he tenido tiempo, jejeje. Yendo a la canción en sí, se trata del tema de entrada de la serie Community, de la que ya hablé por aquí y que se encuentra en una situación de "stand-by" en su emisión de la tercera temporada (espero que no la cancelen porque es de lo mejor que hay).


Es una de esas tonadillas que, a fuerza de ver al inicio de cada capítulo semanal, te encuentras tarareando tiempo después de la manera más insospechada, así que forma parte de pleno derecho del grupo de "canciones que rondan mi cabeza", ya que hace tiempo que la incorporé a mi repertorio de canciones sueltas dentro del móvil. El caso es que ayer mientras iba hacía el partido del glorioso equipo de fútbol sala al que pertenezco (he de decirlo porque si no reviento, ganamos 7-1 y metí un par de chicharritos, aunque uno con ayuda de un defensa) saltó dentro de la selección aleatoria y me pareció buena idea ponerla por aquí.

No es una canción que vaya a ser número uno y dudo que la gente en general conozca a The 88, un grupo que no es precisamente de los más famosos en la actualidad (aunque me bajé alguno de sus discos y no están mal), pero la canción es bastante decente y como digo la melodía (sobre todo el estribillo) se te queda en la cabeza . Bueno, como siempre, pongo unos videoclips (el primero es la canción completa, el segundo es la entradilla de cada capítulo y el último es un montaje que ha hecho un fulano y que mola un montón) y luego la letra de la canción. Espero que sirva para animar al que lea esto a ver la serie, de veras que merece la pena.






Give me your hands
Show me the door
I cannot stand
To wait anymore
Somebody said
Be what you'll be
We could be old and cold and dead on the sea

But I love you more than words can say
I can't count the reasons I should stay

Give me some more
Time in a dream
Give me the hope to run out of steam
Somebody said it can be here
We could be roped up, tied up, dead in a year

I can't count the reasons I should stay
One by one they all just fade away

I'm tired to the wait and sees
I'm tired of that part of me
That makes up a perfect lie
To keep us between
But hours turn into days
So watch what you throw away
And be here to recognize
There's another way

Give me some more
Time in a dream
Give me the hope to run out of steam
Somebody said it can be here
We could be roped up, tied up, dead in a year

But I love you more than words can say
I can't count the reasons I should stay
One by one they all just fade away
Oh I love you more than words can say

miércoles, 8 de febrero de 2012

Los hombres y Friends

Como ya dije cuando empecé este blog, yo soy uno de esos cuyo paso de adolescente a ¿adulto? se produjo mientras se desarrollaba la serie estadounidense Friends. Se trata de una de mis series favoritas (o directamente mi preferida) y habré visto todos sus capítulos más de una vez (algunos más de 6 ó 7), así que, cuando en uno de esos canales rarunos que han proliferado desde que se implantó el TDT volvieron a echarla, los días que podía he visto las tacadas de tres o cuatro episodios que echaban seguidos. De verdad que me parece increíble que sepa lo que va a suceder y me siga riendo, es una serie formidable, con unos guiones de mucha calidad (y risas aseguradas) y unos actores fantásticos (al menos en esos papeles) que hicieron que la serie no perdiera en ninguno momento el nivel en sus 10 temporadas en antena.

Chandler, Ross y Joey

Resulta que hoy, charlando con compañeros de trabajo, he recordado una teoría que tengo con respecto a los personajes masculinos de Friends (Joey, Chandler y Ross) y la relación de los hombres (en general) con las mujeres, así que he pensado que sería bueno compartirla por aquí. No sé si seré el único al que se le ha ocurrido una idea parecida (lo dudo, la verdad) pero el caso es que la gente que escucha mi teoría normalmente me da la razón.

La teoría es la siguiente, el ser humano masculino medio (y cuando digo medio me refiero a uno que represente a la mayoría de los seres humanos masculinos) le tiene una envidia atroz a Joey por su increíble capacidad para llevarse tías al huerto. Es un hecho obvio, a los tíos nos encantaría tirarnos al mayor número de tías (buenas) posible. Es decir, al hombre estándar le gustaría ser como Joey (en ese sentido, obviamente).


Por otro lado tenemos a Chandler. Chandler en la serie es ese perdedor increiblemente gracioso que no es ni guapo ni feo, que parece que no encontrará nunca el amor de su vida porque la caga con las mujeres constantemente por su incapacidad para madurar y tener una relación seria, pero que al final se queda con una tía cojonuda que encima está un rato buena. Es decir, al ser humano masculino medio le gusta pensar que es un Chandler de la vida, gracioso a más no poder, guapete (o del montón) y que al final se queda con la tía espectacular que vale un potosí.


En último lugar tenemos a Ross. Ross es patético. Creo que esa sería la palabra que más se utilizaría para describirlo. No es físicamente nada del otro jueves, tiene un trabajo que él mismo hace aburrido, es obsesivo, celoso, egoísta y a veces se comporta como un verdadero pelma, metiendo la pata una y otra vez. Evidentemente es de los personajes (no sé si decir que el que más) que mejores momentos ha dado a la serie y tiene muchas virtudes que me he dejado en el tintero básicamente porque la gente en general tiende a odiar a Ross. Yo lo que creo es que la gente odia a Ross porque ve que las cosas que le pasan o las que hace por sí solo cuando se mete en problemas, son la clase de cosas que la gente hace. Es decir, el ser humano masculino medio detesta a Ross, pero en realidad es el personaje que más se le parece.


En resumen, en una frase, mi teoría es que los tíos querríamos ser como Joey, nos gusta pensar que somos una versión ligeramente diferente de Chandler, pero en realidad somos todos como Ross, patéticos y capaces de meter la pata en cualquier momento.

lunes, 6 de febrero de 2012

Una sucia derrota

Ayer por la mañana estuve en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, asistiendo a un partido de los buenos, C.B. Estudiantes contra F.C. Barcelona. Desde que empecé a ser abonado (hace más de 10 años) hasta hace más o menos 5 años las visitas de los blaugranas a la casa de los estudiantiles era no sólo sinónimo de derrota para los catalanes, sino además de paliza considerable. Aquellos tiempos pasados fueron desde luego mejores para nosotros, los colegiales, básicamente porque entonces disponíamos de un equipo que estaba entre los mejores de la liga, lo que unido al poder de la grada, hacía que ganar en Vistalegre (era donde jugábamos) se tornara harto difícil para los que venían de visitantes. Además, si en los partidos contra el Madrid siempre había (y hay) bastante infiltrado suelto, en los que jugábamos contra el Barça éramos 15.000 personas todas a una, lo que provocaba un ambiente difícil de superar para los contrarios.

Las últimas temporadas han sido evidentemente diferentes dado que uno a uno los que integraban aquel equipo fueron o retirándose o yéndose a otros equipos. Aún así hemos seguido viendo (como la temporada pasada) alguna derrota del Barcelona (más del Madrid, todo hay que decirlo) pero nunca llegando a las palizas que les metíamos cada vez que venían por aquí (recuerdo una en la que les ganamos de 7 cada cuarto, es decir, de 28 puntitos al acabar).

El caso es que ayer los blaugranas se presentaron con su equipo de gala, ese en el que les sobran jugadores para las 12 fichas reglamentarias y han de hacer convocatorias como en el fútbol porque no entran todos y los que se quedan fuera serían titulares en prácticamente el resto de equipos de la liga. Con esas credenciales y con una situación ridícula de inicio, provocada por la caradura del Barça al no aparecer en Madrid con la segunda o tercera equipación dado que visten muy parecido al Estu en la primera y a que los delegados de la ACB permiten estas sinvergonzadas a según qué equipos, empezó el encuentro.

Parece un partido de amiguetes del mismo equipo, pero claaaaaro, al Barça hay que dejarle jugar como le venga en gana...

Como había ocurrido en el partido contra el Madrid (del que hablé aquí) el Estu salió con una empanada considerable y el Barça cogió una renta más o menos amplia, rondando los 10 puntos. Sin embargo en los dos siguientes cuartos, el Estu se agarró al partido y dejó el partido sin decidir (52-55 para el Barça) a falta del último cuarto. Y entonces fue cuando el trío arbitral le dio al Barcelona el empujón necesario para ganar el partido, regalándole el balón a los barcelonistas en 3 jugadas más que dudosas que les permitieron ponerse 10 arriba en un periquete, lo que supuso, pese a los arreones colegiales, el fin del partido.

Esos sujetos que ayer vestian de naranja habían estado durante todo el partido pitando con diferente rasero al equipo grande (ellos) con respecto al chico (nosotros). No me gusta cuando los árbitros cometen uno, dos o tres fallos en un partido y los aficionados se empeñan en calificar de robo por esas situaciones puntuales que, en un partido de baloncesto, no resultan decisivas por la cantidad de decisiones arbitrales que se toman en un partido. Sin embargo cuando suceden cosas como las de ayer, uno se va a casa doblemente cabreado, por la derrota y por saber que te han tangado porque ellos eran ellos y nosotros éramos nosotros.

¡Ay Rodrigo! ¿A qué es más difícil cuando te pitan los árbitros en el Estu que cuando jugabas con Juan Carlos?

En la primera parte del partido, los blaugranas, que presumen de ser la mejor defensa de la liga, habían cometido un número indecente de faltas que los árbitros se negaron a considerar, pitando muchas para lo que suelen ser los partidos del Barcelona, pero muy lejos de pitar todas las infracciones que los sucios jugadores barcelonistas cometían. Digo sucios y digo bien, si el Barcelona defiende así todos los partidos quiere decir que sus jugadores son bien sucios y marrulleros, aunque la culpa no es suya, sino de los que se lo permiten. Si los jugadores del Estu pegaran lo que pegan Navarro (éste el que menos) y sus colegas de manera permitida, estaríamos bastantes puestos por encima del mediocre lugar que ocupamos y también podríamos vanagloriarnos de ser la mejor defensa de la liga.

Esta tampoco fue falta, porque claaaro la mano izquierda del gañán de Vázquez no toca a Simmons y está en lo alto...

Me parece indignante que estas cosas sólo le sucedan 9 de 10 veces al equipo pequeño y no se publicite a menos que el marcador sea apretado. Como el resultado final fue de victoria visitante por 15 puntos, no pasa nada, las crónicas ponen "batallador Estu", "el Barça apretó al final", "victoria trabajada" y demás tópicos mierderos y falaces. Es un robo amigos, un robo de un partido entero en el que jugadas similares (si es que no son casi iguales) en un lado son falta y en el otro no, existiendo un doble rasero que perjudica a todo el mundo. En primer lugar al Barça cuyos jugadores, particularmente Lorbek (muy contrariado con que le pitaran algunas de las cerdadas que cometía) e Ingles (aplaudiendo con sorna a la grada, como si su mediocre actuación hubiera sido capital para la victoria), se creen que les van a pitar siempre así y cuando llegan a Europa y los arbitrajes son más ecuánimes les dan duro y a la encía. Al Estu porque le escamotean la posibilidad de ganar un partido muy importante para no sufrir en la lucha por no descender. Y a los aficionados que pagamos por ver un espectáculo que se ve dañado por tres sinvergüenzas que no se saben ni las reglas que han de hacer respetar.

Mira cómo sonríe el listo de naranja, como dudando si chocarle la mano a los barcelonistas o no, el muy bribón

Yo lo único que digo es que no les hace falta, que tienen un equipazo y entre ellos al mejor jugador de la liga, Navarro, que es capaz de ganar prácticamente cualquier partido él solito, así que lo único que pido es que piten igual para todos, que es mejor así, que los aficionados les afearán menos la conducta porque tres o cuatro fallos no son comparables a un partido entero de doble rasero, a un partido perdido de manera rastrera, a provocar una sucia derrota.

viernes, 3 de febrero de 2012

"No puedo vivir sin ti" de Los Ronaldos

Pues una semana más, es viernes y toca cancioncita. Parece que me estoy acostumbrando a ponerlas los viernes pero, no nos vamos a engañar, no sigo ningún tipo de orden preestablecido en el blog más allá de escribir lo que me venga en gana. Es cierto que hay unos días más propicios que otros (los martes y los jueves voy a la Escuela Oficial de Idiomas, con lo que no me queda mucho tiempo) pero en general procuro escribir cuando me apetece.


En esta ocasión traigo por aquí una canción de esas que hacen bueno el nombre de la sección, ya que se trata de uno de esos temas que oyes en un par de sitios diferentes y de repente te encuentras buscando para escucharlo muchas veces más. Aunque vea poco la tele convencional (las series bajadas de internet es lo que tienen) de vez en cuando veo anuncios y, como a todo hijo de vecino, se me queda alguna canción en la cabeza. En este caso todo es por culpa de una famosísima empresa sueca de muebles (y más cosas) que usó la canción del bueno de Coque Malla y Los Ronaldos (nada que ver con ninguno de los futbolistas, ni el gordaco ni el brillantoso) para uno de sus siempre bien tirados anuncios. No son un grupo que siga (aunque Coque Malla siempre me ha caído simpático, sobre todo como actor, donde le recuerdo un corto buenísimo con Ariadna Gil), no tengo ninguno de sus discos ni creo que vaya a tenerlos peeeero...

La canción tiene ritmo y la letra está bastante bien, pero sobre todo, lo que tiene es que no se te despega de la cabeza una vez que la oyes. De hecho cuando salió el anuncio y lo vi, ya pensé en bajármela, pero se me olvidó o algo y ha sido bastante tiempo después cuando, tras escucharla en un bar, ha vuelto a retumbarme tanto en la cabeza que me la he metido hasta en el móvil. Como siempre pongo un par de vídeos (uno de Los Ronaldos y otro de Coque Malla solo) y la letra de la canción a continuación.





Llevas años enredada en mis manos,
en mi pelo, en mi cabeza,
y no puedo más, no puedo más.
Debería estar cansado de tus manos,
de tu pelo, de tus rarezas,
pero quiero más, yo quiero más.

No puedo vivir sin ti,
no hay manera,
no puedo estar sin ti,
no hay manera.

Me dijiste que te irías,
pero llevas en mi casa toda la vida.
Sé que no te irás, tú no te irás.
Has colgado tu bandera, traspasado la frontera,
eres la reina,
siempre reinarás, siempre reinarás.

No puedo vivir sin ti,
no hay manera,
no puedo estar sin ti,
no hay manera.

Y ahora estoy aquí esperando a que vengan a buscarme,
tú no te muevas,
no me encontrarán, no me encontrarán.
Yo me quedo para siempre con mi reina y su bandera,
ya no hay fronteras,
me dejaré llevar a ningún lugar.

No puedo vivir sin ti,
no hay manera,
no puedo estar sin ti,
no hay manera.

No puedo vivir sin ti,
no hay manera,
no puedo estar sin ti,
no hay manera.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Libros Leídos Enero 2012

Una vez finalizado el mes de enero, como comenté en el post sobre los libros que me había leído durante 2011, que era una paliza escribirlos todos del tirón (sobre todo si llego a valores como los del año pasado) voy a ir haciendo reseñas mensuales de los libros leídos (además de otras de libros puntuales que merezcan todo un post ya sea por lo buenos que sean como por lo malos), empiezo con los 12 libros que me he leído el mes que acabó ayer. Son 6 novelas (todas en el e-book) y 6 cómics, 10 en español, una en inglés y otra en italiano (voy a tratar de leer al menos un libro al mes en cada idioma). Ahí van:

1. "Dulce jueves" de John Steinbeck. 301 páginas (e-book).

Sencillamente majestuoso, como casi todo lo que he leído de Steinbeck. Se trata de una secuela de "Cannery Row" con más o menos los mismos personajes. Quizá lo más original que haya en la obra con respecto a otras de Steinbeck sea que es optimista, algo raro de encontrar en sus otros libros, donde pase lo que pase estás esperando que suceda una desgracia. En esta no todo es color de rosa, ojo, pero sí que se ve que la historia puede acabar bien. Ya lo puso hace poco Moli en su blog, pero no me resisto a plasmar un fragmento del libro que es toda una preciosidad:

Casi nadie escucha y ¡es tan fácil! No tienes que hacer nada cuando escuchas. Verte escuchar es muy interesante. Si un tipo te dice algo que despierte tu interés, vaya, no se lo ocultes. Se trata de concentrarte en lo que está pensando en vez de en lo que vas a responderle tú después

“Nadie se siente insultado porque le pregunten (…) lo más bonito que puedes hacer en la vida por alguien es dejar que te ayude

2. "Quisiera que alguien me esperara en algún lugar" de Anna Gavalda. 192 páginas (e-book).

Este es también un libro cojonudo, se trata de una colección de cuentos que no tienen nada que ver entre sí y que son a cuál mejor. Había leído ya un libro suyo el año pasado que me había gustado mucho, pero éste me ha encantado, me ha parecido extraordinario y muy entretenido, con historias interesantísimas que deseas que no terminen. Una autora a seguir.


3. "Me gusta el fútbol" de Adrià Serra y Àlex Santaló. 80 páginas.

En este caso se trata del primer cómic del año, regalo de los Reyes a petición de mis primos. Está hecho por la gente del Terrat (los chicos de Buenafuente) y está bastante divertido, aunque la lástima es que es muy corto y dura muy poquito.


4. "Armamento alquimista" de Nobuhiro Watsuki. 190 páginas.

Este es otro cómic, regalo de Reyes por mediación de mi padre (vaya petición raruna la suya). No sabría cómo calificarlo, se trata de una de esas historias de manga japonés de fantasía extraña que a mí no me molan (el autor es famoso por esta obra y por "Rurouni Kenshin, El Guerrero Samurái"), se la dejo a los fans...Como mi hermana. Eso sí, es la primera vez que me leo un libro de atrás adelante y de derecha a izquierda (como se hace en Japón).


5. "En Italia son todos machos". Luca De Santis y Sara Colaone. 175 páginas.

De nuevo un cómic y de nuevo un regalo de Reyes, esta vez por mediación de mi hermana M. cuyas peticiones a sus majestades se acercan más a mis gustos. En este caso se trata de una historia que tiene relación con lo que el gobierno fascista de Mussolini hacía con los homosexuales en la Italia previa a la II Guerra Mundial. Concretamente lo que hacían era realizar redadas en los puntos de encuentro y una vez detenidos los exiliaban en pequeñas islas como si fueran presos. La historia no tiene desperdicio desde luego, y la verdad es que me ha gustado mucho.


6. "La extraña" de Sándor Márai. 160 páginas (e-book).

Después de haber leído "El último encuentro" tenía unas ganas locas de coger otro libro de este autor y, aunque su lectura no me ha apasionado tanto como con el anterior, me parece que he de leer más libros suyos. En este caso se narra la historia de un hombre de mediana edad, de vacaciones en un balneario, que afronta una profunda crisis personal que le lleva al límite...Es bastante agobiante toda la narración, pero está muy bien escrito.


7. "Indiana Jones Omnibus Vol.1 " VVAA. 352 páginas.

Este es otro cómic que me trajeron sus majestades de Oriente, en este caso por mediación de mis padres. Todo el que me conoce bien sabe de mi afición al mítico Indiana Jones, así que en cómic no debería ser menos...Pero la verdad es que lo ha sido. Eran tres historias diferentes de las que sólo una se salvaba, en concreto aquella en la que se plasmaba todo el videojuego "Indiana Jones and The Fate of Atlantis", aunque los dibujos eran maluchos. En las otras dos el dibujo era también bastante mediocre (entiendo que no debería ser tan complicado que se parezca a Harrison Ford) pero las historias eran peores. No se lo recomiendo a nadie.


8. "El caballero negro" de Motofumi Kobayashi. 168 páginas.

Este es un cómic de un japonés sobre un escuadrón de tanquistas alemanes de la II Guerra Mundial comandados por Ernst Von Bauer, cuyo sobrenombre es El caballero negro. Los dibujos son sencillamente sensacionales, de un realismo que tira para atrás, sin embargo la historia flaquea bastante y se hace un poco aburrida.


9. "Relic" de Douglas Preston y Lincoln Child. 480 páginas (e-book).

Este es uno de los libros que la profesora de inglés de la EOI ha sugerido para que nos leyéramos. Se trata de una historia de ciencia-ficción de la que hicieron hasta película. En el Museo de Ciencias Naturales de Nueva York hay un bicho suelto que parece tener que ver con una expedición maldita de años atrás y que no hace nada más que ir cepillándose gente de manera macabra. La verdad es que mantiene la tensión todo el rato y tiene algunos personajes bastante buenos, a mí me ha convencido y eso que me la he tragado en inglés, jajaja.


10. "Por eso me llamo Giovanni" de Claudio Stassi. 176 páginas.

Este es otro cómic que me trajeron los Reyes por instancia de mi hermana. Se trata de cómo un padre le cuenta a su hijo la historia del juez anti-mafia Giovanni Falcone. Me ha encantado, los dibujos son buenos, pero cómo narra la historia es lo que hace al cómic que sea fantástico. Es una lástima que los Reyes no hayan podido encontrar este cómic y el otro en italiano, porque lo habría disfrutado incluso más.


11. "La partida" de Miguel Delibes. 175 páginas (e-book).

Se trata de una recopilación de cuentos, realizados en sus primeros años de escritor (1954), por el gran maestro de las letras españolas (para mí el mejor de todos ellos). Sé que no soy objetivo, porque me parece sensacional todo lo que he leído suyo, pero cuando escojo una de sus obras sé que no me va a defraudar, como en este caso. Delibes siempre es recomendable para la salud, al menos la mental.


12. "Testimone inconsapevole" de Gianrico Carofiglio. 316 páginas (e-book).

El último libro que me he leído en enero ha sido el primero de la serie del abogado Guido Guerreri (ya me leí uno suyo el año pasado) y me ha encantado. Aunque pueda parecerlo no es novela negra al uso, se trata más bien de algo a medio camino entre las historias de tribunales y la novela negra, con un personaje con el que te encariñas muy rápido y con una trama sólida. Además está escrito con mucho estilo, nada parece impostado y resulta muy entretenido. Se lo recomiendo a todo el mundo.