Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

jueves, 10 de mayo de 2012

EL ÚLTIMO SHOW (***) - Crónica de una muerte anunciada


Crónica de una muerte anunciada

Es probable que nunca haya habido un título para una película tan apropiado como el de ésta, ya que además de adaptarse como un guante a lo que sucede en la misma (la última función de un programa de radio en directo), se trata de la obra póstuma de Robert Altman, quizá uno de los directores más completos y originales de los últimos años.

En tono de comedia suave y con varios números musicales, Altman nos presenta una película coral, del mismo modo que en otros trabajos suyos como "Vidas cruzadas" o "Prêt-à-porter", en la que las pequeñas historias de cada personaje se entremezclan dando cohesión y credibilidad a la narración. En este caso, como ya hiciera en "El Juego de Hollywood" con el mundo del cine y en "Gosford Park" con la nobleza británica, Altman nos muestra los entresijos de la radio con una descripción detallada de la última emisión de un programa radiofónico de variedades en directo (algo anacrónico en nuestros días). La galería de personajes que aparecen entre bambalinas es amplia y pintoresca: el conductor del programa (Garrison Keillor), un dúo country de dos hermanas (Lily Tomlin y Meryl Streep) y la hija de una de ellas (Lindsay Lohan), dos cowboys cantantes (Tom C. Reilly y Woody Harrelson), un encargado de seguridad venido a menos (Kevin Kline), una inquietante mujer (Virginia Madsen) y el hombre encargado de acabar con el programa (Tommy Lee Jones). De este maravilloso elenco de actores y actrices (lleno de nominados y ganadores de Oscar) que dan vida a la historia hay que destacar a Garrison Keillor, que no sólo está perfecto en su papel de conductor del programa (no en vano hace de sí mismo) si no que, además, es el guionista del film.

Por otro lado, es inevitable recalcar la importancia de la música como pieza fundamental en la película, ya que gracias a ella se hilan las historias y se evitan los altibajos con lo que el ritmo de la narración es fluido en todo momento. Las canciones acompañan la historia perfectamente, siendo tristes, alegres o cómicas según el momento de la misma, destacando los ocurrentes y divertidos jingles (anuncios cantados) por encima del conjunto de todas ellas.

El único “pero” de la película viene al final, en el que se estira excesivamente la historia quitándole parte del buen sabor de boca alcanzado hasta ese momento, lo que impide que podamos considerar al film como una obra maestra, pero sí como una gran película digna de ver en la que, como en el relato de García Márquez, contemplamos la crónica de una muerte anunciada.

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