Pasa, pasa, no te hagas el tímido que seguro que vas a ser un año grande donde los haya. Y no hablo del Mundial (no te voy a exigir estar al nivel de tu compañero 2010 en ese asunto, porque sé lo difícil que es), sino de otras cosas. Hablo de esperanza:
- De esperanza en la gente en general y no de la minoría que nos gobierna (o más bien nos impone sus leyes), para que las cosas cambien y no sólo no permitamos que nos arrebaten más cosas, sino que nos devuelvan lo que nos han quitado.
- De esperanza en que la gente que me rodea sea lo más feliz que pueda, cada uno por diferentes motivos (un trabajo, que nazca un hijo, casarse, tener casa nueva...Lo que sea).
- De esperanza porque a mí personalmente me salgan las cosas como querría que me salieran, ni siquiera mejor de lo que deseo (soy modesto en los deseos, eh), sólo que se cumplan.
- De esperanza en que el Estu no baje y el Madrid (con Casillas al frente) se convierta en el mejor equipo del mundo.
Querido 2014, lo que quiero decir con todo esto de la esperanza es que te deseo la mejor suerte del mundo, porque tu suerte será la nuestra y todo lo bueno que traigas hará que no te olvidemos. Porque, como decía antes, ¿quién olvida cuándo nació su hijo? ¿O quién olvida cuándo consiguió ese trabajo fantástico? ¿Y quién no recuerda cuándo le tocó la lotería? ¿O cómo olvidar la Décima del Madrid o la Segunda de la Selección española? Pues a eso me refiero, ojalá seas un año para recordar. Ese es mi deseo para ti. Veremos qué tal te portas estos 365 días. Suerte.
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